El pleno del Ajuntament de Calvià ha aprobada casi por unanimidad –solo ha contado con la abstención de Fernando Alcaraz– una moción mediante la cual el consistorio tratará de mediar ante el Obispado para mejorar las relaciones existentes hoy entre los residentes de Es Capdellà y la Iglesia de Mallorca, con el fin último de poder volver a abrir la parroquia, cuanto menos para la celebración de funerales.
La regidora no adscrita Isabel Manresa ha defendido la necesidad de que el ayuntamiento interceda para reconducir una situación embarrada desde que hace tres años el párroco Antoni Mercant prohibiera a los feligreses sacar a pasear la imagen del patrón Sant Sebastià, rompiendo una tradición que se prolongaba durante los últimos 98 años. A partir de allí todo ha ido a peor, hasta que el Bisbat de Mallorca ha obligado a cerrar la Iglesia durante todo el año, salvo tres únicas excepciones, y sin querer tampoco abrir sus puertas para oficiar los funerales de los vecinos y vecinas de la localidad.
El pleno de este mes ha resultado especialmente ágil debido al escaso número de mociones presentadas, y también a causa de la escasa intervención del Partido Popular, que ha visto cómo horas antes del debate su grupo municipal se veía reducido de nueve a siete regidores por la salida de Joan Feliu y Tolo Bonafé, que a partir de ahora pasarán a formar parte del pleno como regidores no adscritos.
[adsanity id=»34004″ align=»alignnone»/]
